domingo, 18 de noviembre de 2012

¿Bombardear Irán? No. ¿Bombardear Gaza? ¡Sí!





Tantas guerras que iniciar, tan poco tiempo. Cuando se es dirigente político de la nación más militarizada del planeta –como es el caso del primer ministro israelí Benjamin "Bibi" Netanyahu– hay que encontrar maneras de jugar con sus juguetes.

Incluso si ardes en deseos de hacerlo, no puedes bombardear porque no tienes las bombas revienta búnkeres adecuadas y suficiente capacidad de reaprovisionamiento de combustible para tus cazas. Y para colmo, el presidente reelegido de EE.UU., Barack Obama, lo ha dejado absolutamente claro: el camino adelante es la diplomacia, no las bombas.

Lo siguiente puede ser una indicación de que Obama por lo menos considera un trato: “Tiene que haber un un camino mediante el cual ellos [Irán] puedan tener energía nuclear pacífica mientras satisfagan sus obligaciones internacionales y suministren claras garantías a la comunidad internacional de que no andan tras un arma nuclear”. Esto ha llevado al compromiso del presidente de "realizar un impulso en los próximos meses para ver si podemos abrir un diálogo”, rompiendo el Muro de la Desconfianza entre EE.UU. e Irán.

¿Qué puede hacer Bibi? Es simple. Lanzar la Operación Columna de Nube (luego Pilar Defensivo, vea este invaluable artículo sobre las ramificaciones “divinas”) contra el único lugar de la Tierra en el que las Fuerzas de Defensa Israelíes [IDF, ejército israelí] pueden crear un infierno y causar estragos con toda impunidad y un “daño colateral” carente de importancia; la prisión al aire libre conocida como Gaza, sitiada, bloqueada ilegalmente, con sus habitantes castigados colectivamente.

Por cierto no encontraréis esta explicación al leer la prensa de Murdoch o viendo CNN. Tampoco obtendréis alguna explicación detallada de la verdadera línea de tiempo que condujo a lo que puede ser otra guerra.




Esta es la mejor línea de tiempo hasta ahora. Crucial en ella es lo que ocurrió el domingo pasado. El portavoz del ministerio de Salud de Gaza, Ashraf al-Qidra, anunció que un niño de 13 años, Hameed Abu Daqqa, recibió un disparo en el estómago mientras jugaba fútbol con sus amigos frente a su casa en el sudeste de Gaza. El terrorista futbolista representaba evidentemente una amenaza para la miríada de helicópteros israelíes que sobrevolaban el lugar.

Lanzar una guerra es un juego de niños para las IDF. Basta con matar a unos pocos civiles palestinos como el peligroso futbolista terrorista y enviar algunos tanques más. Las facciones de Gaza tuvieron que responder y atacaron a los soldados israelíes (no civiles). Era la excusa perfecta para que Tel Aviv lanzara su ofensiva destructora.

El lunes, Hamás y otras facciones palestinas en Gaza ofrecieron una nueva tregua a Israel. No sirvió para nada. El miércoles, el jefe del ala armada de Hamás, Ahmed al-Yabari, fue asesinado selectivamente (preguntad al general David Petraeus y a sus compinches de la CIA al respecto, son especialistas en el asunto).
No es necesario leer Haaretz para saber que al-Yabari había sido el principal subcontratista israelí en Gaza –estaba a cargo de garantizar la seguridad de Israel– durante los últimos cinco años y medio. A cambio, Israel arrojaba de vez en cuando unos pocos shekels a los bancos de Gaza mediante camiones a prueba de balas.

¿Por qué entonces liquidar a al-Yabari? Es simple. Israel va a las urnas en enero. Así emerge la campaña política de Bibi en plena acción. Consigna de la campaña: Matemos palestinos. Con la oferta de semejantes emociones se ahoga cualquier otra voz política israelí, aunque discrepe ligeramente.


Cambiemos de tema
Respecto a Irán, el exanalista de la CIA Paul Pillar, y luego John Glaser en antiwar.com, tenían toda la razón. Bibi apostó al caballo equivocado en EE.UU., su patético amigo derrotado Mitt Romney.

Para agravar las cosas, la relación entre Obama y Bibi es tan gélida como unas vacaciones en el Ártico, por lo menos desde 2010, cuando Obama quiso una congelación de la construcción de asentamientos en Cisjordania y Bibi respondió mediante la provocación a Irán para que atacara a Israel con la esperanza de arrastrar a EE.UU. a una nueva guerra.

Ahora, Bibi obviamente intuyó que Obama está considerando la posibilidad de orientarse hacia un acuerdo con Irán. Por lo tanto mató a dos pájaros (árabes/persas) mediante una (o varias) piedras (o misiles) en asesinatos selectivos; cambió de tema –una vez más– de “amenaza existencial” de Irán al “terrorista” Hamás, a sabiendas de que mientras Israel mate palestinos y Washington mire para otro lado (¿Asia-Pacífico?), la dirigencia en Teherán nunca aceptará o confiará en unas negociaciones significativas.

Es Bibi diciendo a Obama: “¿Quiere negociar con esos mullahs dementes? ¡De ninguna manera, amiguito!” Y además se sale con la suya ante la opinión pública occidental con sus cerebros totalmente lavados por los medios corporativos: una vez más esos malévolos “terroristas” palestinos están aterrorizando a los ¡oh! inocentes israelíes. El mortífero toque final tiene lugar cuando un portavoz de las IDF elucubra demencialmente que la Franja de Gaza gobernada por Hamás es una “base avanzada iraní”.

Como un reloj, solo unas pocas horas antes del colapso total de la tregua/alto el fuego, el gobierno de Obama en su forma anterior a su segundo período proclamó debidamente que Israel tiene “derecho” a atacar a cualquiera, en cualquier sitio, por “autodefensa”. ¡Y cómo se atreve Hamás a tomar represalias!

Es posible que una invasión por tierra sea inminente. Pero es posible que Bibi –una vez más– esté tragando más gefilte fish del que puede digerir. No hay que esperar ninguna condena de las cobardes petromonarquías del Club de Contrarrevolución del Golfo (CCG), previamente conocido como Consejo de Cooperación del Golfo. Y no esperéis ninguna condena de todos esos “Amigos de Siria” occidentales que se muestran tan indignados diciendo que el régimen de Asad está matando “a su propio pueblo”.

No obstante, Egipto bajo el presidente Mursi de la Hermandad Musulmana, tendrá que hacer… algo; la calle egipcia, que está totalmente a favor de eliminar los acuerdos de Camp David, lo exigirá. Además, Hamás tiene el apoyo de Turquía y, crucialmente, del emir de Catar y sus petro-millones. ¿Se quedarán mudos y contemplarán la carnicería? En cuanto al Rey Playstation de Jordania, no puede hacer de conciliador con Israel porque es posible que tenga que comprar un pasaje de ida a Londres antes de lo que piensa.

Si Obama tuviera cojones estaría furioso. Y daría un tortazo a Bibi. No vale la pena apostar a que lo haga. Sabemos que no lo hará.


Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su libro más reciente es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto: pepeasia@yahoo.com
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